10/52: Vivir más

Laura
4 min readMar 27, 2024

Estuve leyendo el newsletter (extraño hacer el mío del trabajo) de The Guardian que te ayuda a romper con tu celular (Reclaim your brain). A veces logro reflexionar sobre mis últimos días de vida. Cuando esté en mi lecho de muerte, dudo mucho que diga: ojalá hubiera pasado más tiempo con mi celular.

Vivir más y scrollear menos.

En la última entrega del news, el hombre que se somete a un paulatino desuso de su celular platica con un monje budista que imparte un curso de mindful screen use. “Es una debilidad humana fundamental buscar satisfacción en el exterior”. El monje recomienda experimentar la vida como es y cambiar las cosas a partir de ahí. Muy de acuerdo, qué difícil hablar y convivir con personas que son fuertemente idealistas. Siempre preferí a Aristóteles, su Metafísica y los tratados sobre animales. Era un filósofo que primero investigaba cómo era la vida y dedicaba gran parte de su tiempo a ver las hileras de hormigas, entre muchos otros animales. Sus escritos sobre la vida natural son los más largos. Además de que era un filósofo que caminaba. Si yo hubiera sido un hombre en la Grecia antigua, hubiera sido peripatético. Volviendo al monje, lo que afirma es contrario a quienes son más platónicos que aristotélicos (Aris forever).

Lo hace reflexionar sobre cuál es el deseo que subyace al deseo de revisar el teléfono: ¿el deseo de sentirte atractivo o el deseo de sentirte en control? Es un poco lo que hacemos, en parte, las filósofas de la ciencia, investigar qué subyace a los compromisos científicos. El monje le pregunta: si constantemente estás texteando con tus amigos, ¿es porque te quieres sentir querido?

El hombre que se sometió a la desintoxicación de su celular, ahora ve más la amistad como una actividad offline. Nunca me agradó mucho el uso de las palabras para hacer la distinción entre cognición online y cognición offline. Además de que gracias a Merleau-Ponty podemos saber que ambas son importantes y que, de hecho, están relacionadas y una funciona mejor gracias a la otra. Aunque, claro, aquí estas palabras tienen un uso distinto.

Mi inconsistencia online me ha causado problemas con algunas personas. Me han reclamado de que no veo sus historias, que no doy like, se quejan de que a veces tardo en contestar, por ejemplo. También me desconcierta cuando dan likes estratégicos en Facebook (sus palabras, no las mías) o los audios de más de 5 minutos. Supongo que sí soy de la generación que prefiere una llamada, aunque sea rápida, a escuchar un audio largo o, peor aún, una serie de audios largos. Lo más seguro es que los escuche fuera de contexto. Es tan unilateral, un soliloquio que no puedes responder ni mostrar algún tipo de reacción online. Todo será atemporal y al mismo tiempo inmediato. Si quieres, mejor invítame un café. Y sí, es distinto a distancia, uno de mis hermanos, una muy buena amiga viven en Europa y el del sur.

Me ha dicho que quiero tener relaciones significativas. “Eres profunda, pero también te gustan las cosas simples”. Le platiqué que me gusta ir al teatro, pero también comer palomitas en el cine. Una vez S, cuando solo era mi profesora de alemán, me dijo que en alguna evaluación al final del curso le dejé una retroalimentación diciendo que yo quería ejercicios con ejemplos significativos. ¿Yo dije eso?; “Sí, me hizo replantearme cosas para los ejercicios que hago”. Ahora S está por terminar su maestría en enseñanza del idioma alemán.

Ya me acerqué un libro de lectura sencilla para cuando sienta que quiero tomar el teléfono. Quería dibujar, pero todavía se me hace complicado, o escribir el borrador o una idea para un poema, pero es más ambicioso todavía. Él dice que desde que cortó con su celular ha aumentado su tiempo de lectura.

Continúa el joven (ya soy esa persona que le llama joven a lxs jóvenes): “la amistad es algo que hacemos con nuestros cuerpos”. Esto es algo muy 4E, aunque dado el contexto, sería necesario especificar que esto es 4E a menos que tengas un compromiso fuerte con la mente extendida (sin importar la ola, me parece) y, entonces, consideres tu smartphone como una extensión de tu mente. Escribe: reír en el mismo espacio es nourishing. Nada más cierto ahora que he visto seguido a mis amix. Aunque es en Instagram donde veo al que me gusta; más que nada, él me ve.

Se cuestiona su fantasía de escapar. Reconozco mi gusto por fantasear y lo hago precisamente para escapar un ratito. Ahora que ya no fumo y casi no tomo, fantasear es mi único escape. Me acuerdo cuando le prohibieron las drogas y el alcohol por unos meses, él me dijo que ahora la vida le parecía muy lenta.

“Si estoy aburrido, estoy aprendiendo a confiar en que hay creatividad escondida ahí”. Además de recordar mi lado creativo, me hace pensar y reafirmar cómo quiero vivir mis días, también creo que me ayuda a saber quién soy y, bueno, a no descargar mi parte obsesiva en las redes (a)sociales ni con las personas que ahí habitan.

10 de 2023: No dejar de correr.

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