52/6: Funeral

Laura
3 min readMar 23, 2023

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Esas noticias siempre son una sorpresa. Claro que sí, ahí estaré. Le agradecí a Ka que me avisara, pues el contacto entre todas nosotras a partir de la pandemia se volvió esporádico.

En sorprendida.

Me apuré para sacar la mayor cantidad de deberes antes de irme. Me vestí de negro y me fui. Cuando Ir me pasó también los datos, reconocí inmediatamente la dirección. Era contraesquina del restaurante donde me di cuenta de lo mucho que me gustaban sus ojos y él. Yo hice un tiradero mientas comía pan y él me cambió el plato para que pudiera comer mis rebanadas de pizza en paz.

Gracias a línea 12 llegué en la mitad del tiempo de lo que me tardaba hace más de un año en llegar a Nápoles. Corroboré por dónde tenía que caminar y no era el camino de hace más de un año. La ciudad es muy grande, hay mucha gente en la Juárez. Y, sin embargo, lo vi de nuevo. No me saludó o no me reconoció, así que seguí mi camino. No quería detenerme, iba a un velorio y a ver a mis amigas de hace más de 20 años. No era una tarde para distraerme y llegar con otra historia. Además no sabría qué decir o incluso si quiero decir algo.

De regreso en la metrobusa noté que, de nueva cuenta, no había sentido nada. No siento mi corazón palpitar ni que la cabeza me dé vueltas. Qué raro todo, pero la semana siguió con normalidad.

Luego pasó lo más extraño o lo que no vi venir. Mientras platicaba con Ir y Ka, de lo infeliz que fui en mi fiesta del año pasado y más o menos cómo terminaron las cosas, me di cuenta que lo extraño. Me sorprendió. He borrado fotos de mi celular, excepto mi foto favorita de él. “Solamente hay algo que yo me quedaría”. No he borrado la playlist de esos meses, pero tampoco la escucho. Hay cosas que todavía no puedo eliminar. Como si no me atreviera. Quité sus regalitos de mi escritorio.

Le platiqué a amicha. No sé qué extraño, pero me permití extrañarlo y fantasear sobre si hubiera funcionado. Lo mucho que me hubiera gustado eso. Me veo feliz en esas imágenes que no existen. Pero me veo contenta en las fotos que sí existen, así como me dijo Ir. ¿Qué le diría? Nada. ¿Le quiero decir algo? No fue receptivo con mis emociones antes. La primera mitad del año pasado me sentí triste y la segunda, enojada. Ahora ya no me siento ni triste ni enojada. Incluso ya no me duele cuando viene a la mente su “no puedo”. Ese no puedo que me destrozó y me hizo sentir como una tonta por creer que sí. Y, todo lo que hicimos después, me confundió. “You blame me, then you played it all wrong. I’m the one, really loved you, underneath it all”.

Después de unos días seguí. Amicha, sabia como siempre, me dijo entre otras cosas que es válido extrañar y también que checara mi horóscopo. Algo decía sobre irse o transformarse. Ando en eso.

6 de 2022: Comida y año que no llegan.

6 de 2021: Lo que no se puede decir es lo importante.

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