En el nuevo capítulo de mi interminable historia sobre titularme en la UNAM está lo de las firmas autógrafas. Hace un par de semanas me enteré que mis sinodales tenían que ir a firmar las actas, mientras yo debía entregar el comprobante de pago del pergamino. Todos trámites que el semeste pasado nos aceptaron de forma digital. En fin, el excoordinador me dio las instrucciones, que repetí a mis sinodales.
Los horarios de la facultad son muy restringidos, solo unas horas antes de las 2pm. Aunque la entrada ya no es tan estricta como los meses más duros de la pandemia. Por el mismo trámite, fui tres o cuatro veces a mi querida fac. Tenías que hacer cita por correo y al llegar a la facultad te pedían enseñar tu confirmación. Te recibía alguien con un traje como el de los Beastie Boys, pero blanco. Te tomaba la temperatura y te señalaba los recién instalados lavabos. Son tres lavabos, todos con agua corriente, jabón y papel para secar, más gel desinfectante. Un lujo para la Facultad de Filosofía y Letras de Ciudad Universitaria.
Al cruzar la reja azul es otra historia. El tendedero de los acosadores sigue, más nuevas consignas y murales feministas, como el derecho a decidir y en contra de los machos y el sistema misógino de la universidad. La fac no ha recibido alumnes desde noviembre de 2019, cuando empezó el paro feminista por la falta de respuesta de las autoridades. Después llegó la pandemia.
Se ve que no han pasado un trapito desde entonces. Tal vez han trapeado. La primera vez que fui durante esta nueva era fue en agosto de 2020 y, para tomar las escaleras que te llevan a Servicios Escolares, pasé frente a la ofrenda de Teatro que pusieron en 2019. Le tomé foto y la compartí con Memes Celatinos porque me acordé que, muy preocupados, hicieron un meme sobre cómo estarían las figuras de la ofrenda durante el Gran Encierro. La ofrenda casi cumplió los dos años. Esta última vez que fui a entregar el comprobante de pago ya no estaba.
Mi querido amigo Al, que está por presentar su examen de la maestría, me platicó que fue al Instituto de Investigaciones Filosóficas hace unas semanas. Antes de entrar te rocían desinfectante, más todas las medidas adoptadas durante la pandemia. Mientras que para la facultad tres lavabos funcionales y jabón es todo un privilegio, el Instituto, que de por sí tiene sus instalaciones prístinas, agrega el rociador.
Ya me había hecho a la idea de que mis sinodales firmarían hasta el próximo semestre, pero sumando a las gratas sorpresas que me ha dado 2021, todos firmaron en una semana. Ahora mi expendiente está completo y puede pasar a la DGAE. La historia de mi titulación continuará.