19/52: Todavía no me subo

Laura
3 min readJun 6, 2022

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Me estoy encontrando.

Recién siento que el moho abandona mi cabeza. Desde el cobicho empezaron los golpecitos, después llegó el gran golpe emocional que permeó varios aspectos de mi vida. Una excompañera de Palacio de Hierro tuiteó que si surfeábamos el 2022 o puros revolcones. Puros revolcones, pero siento que empiezo a ver la tabla de surf, le contesté. La veo desde la profundidad y si salgo a tomar un poco de aire, vienen otros golpecitos. Esta semana por fin agarré la tabla de surf.

El lunes fue mi cumpleaños. Nunca he sido muy entusiasta de celebrar mi cumple. Creo viene de mi percepción de que soy olvidable. También me estresa (y decepciona) cuando organizo algo y la gente me dice que no puede por lo que sea. Pero una vez más la vida me mostró lo contrario.

Pasé el fin de semana con mi mamá. Me desconecté. Tenía mucho que no pasábamos tiempo juntas, solo ella y yo. Vimos la peli de Fragmentos de una mujer mientras tomamos vino tinto. Después de la primera escena, me sentí mal. Le voy a poner pausa y fui al baño a echarme agua en la cara. Estaba pálida. Me estresó el parto y se me bajó la presión (soy de ese club). Pero fue momentáneo, después de media hora ya le estaba dando sorbitos a mi Merlot.

También fuimos a la zona cultural de CU. Le enseñé los caminos que tomo, los atajos que conozco y los escondites que me gustan dentro de ella. Le enseñé los edificios de los institutos, aquí pura tranquilidad, me dijo. Vimos los árboles, nos sentamos a platicar y comer debajo de ellos. Pasamos frente al Pabellón de la Biodiversidad y nos quejamos para mantener el espíritu universitario. Para cerrar fuimos al MUAC y nos comimos unas papas de carrito antes de irnos. Quedamos de recorrer el Paseo de las Esculturas pronto. Fue muy refrescante.

El día de mi cumple comí con mis sobrinas 2 y 3, mi cuñada y mi mamá. Vimos Stranger Things. Recordé la época en que esperaba la hora en que salieran mis sobrinas de la escuela para comer, ver la tele y jugar.

Por la tarde, vino mi tribu filosófica a Filipinas. Fco me había dicho que no comprara pastel, pero no esperaba tanto cariño. Pastel, un retrato de mí, un flamingo punk, un separador cósmico, vino y pulque. Bia dibuja muy bien y AlC sabe de comunicación visual, Fco escogió el vino y Jr habló maravillas del pulque, tanto que consideré que era el momento adecuado para darle una segunda oportunidad a la bebida de dioses. Y me gustó, todo me gustó.

Mi cumple coincidió con la luna nueva en Géminis. Los AstroPoets escribieron que era el inicio de algo cálido, brillante e importante, que lo crea, que puedo ser nueva. A principios de mes las lágrimas seguían incontrolables, yo seguía aletargada. Todavía durante el eclipse lunar dominó la emoción de tristeza, decepción y algo de enojo. Miré sola el eclipse desde la esquina de mi calle, frente a la cafetería cerrada. Salí en shorts y, como ya me había quitado el bra, me puse mi gabardina. Ahí estuve parada viendo el cielo, sin entender cómo suceden los eclipses, deseando salir a superficie. Por un momento pensé en el telescopio de En, en cómo fue parte de mi escenografía en mi primera participación en un evento filosófico y en el plan de usarlo alguna noche despejada en la azotea de Nápoles. Un plan más que nunca hicimos.

Como una nunca sabe que va a traer la marea, de repente, hace unos días vi claramente la tabla de surf. Recién la agarro, todavía no me subo, me estoy subiendo. Ya empiezo a sentirme otra vez como yo, le dije el miércoles a la psicóloga. También veo mejor mi hoja de ruta para terminar la tesis (antes solo veía cachos sin mucha conexión) y de lo que venga después de agosto.

Todavía estoy en el proceso de transformación, pero empiezo a ver qué flamingo seré.

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Laura
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